Hace tiempo que no escribíamos sobre este tema, la fabricación de los CDs y los DVDs. En esta ocasión, nos gustaría ser más primarios y hablar sobre cómo es el proceso material de hacer un disco. Veréis cómo es algo más que interesante, sobre todo para los “investigadores” de este mundo digital.
¿Cómo surgieron?
Los primeros fueron los discos fonográficos, en los que se grababa el sonido en un plástico, haciendo unos surcos que serían los que harían vibrar a una aguja y una membrana. Pero no se podían grabar, tan sólo escuchar. Nacieron, entonces, las cintas magnetofónicas (¿os acordáis?); las señales de audio se grababan, por medio de un cabezal, en una cinta magnética. Pero también se deterioraban por el contacto del sistema y por el uso continuo.
El CD surgió, realmente, por la necesidad de comunicar lo que ya se hacía, pero de un modo más sofisticado; se requería un sistema de reproducción que reprodujera el sonido original muchas veces, sin perder la calidad del sonido. Con la invención del compact disc se terminaron los problemas de fricción y de desgaste, ya que al no haber cabezal, sino un haz de luz que tocaba la superficie del disco, el deterioro era mínimo.
Hacer un disco compacto
Un CD está hecho de un material plástico llamado policarbonato, es un termoplástico transparente muy resistente al impacto, al calor y de gran nitidez óptica. Este material descubierto a principios de los años 80 resiste estupendamente el calor y el fuego, pesa muy poco, es biológicamente inerte y se recicla (hay empresas dedicadas a ello) con facilidad, además de manipularse cómodamente.
Para su fabricación, se hacen pozos (agujeros), mediante un circuito en espiral, sobre el que se han aplicado lacas y plásticos protectores, con el fin de que no se llenen o salgan otros nuevos. Tenemos la suerte de contar con el vídeo; muy explicativo, por cierto, que nos instruye bastante sobre todo el proceso.
Partes del disco
Si tuviéramos que verel interior de un disco compacto, un corte transversal nos mostraría una parte superior, donde se escribe o imprime la etiqueta sobre una capa de acrílico; debajo está la información codificada sobre una placa de aluminio reflectante; seguidamente, la capa protectora de policarbonato, es decir la cara que lee el lector del CD (se lee desde abajo, atravesando el policarbonato).
Desde arriba, lo que se ve del disco es un objeto circular que tiene 12 cm de diámetro y un agujero central de 15 mm de diámetro. Toda la información digital (datos, audio, imágenes…) se recoge en el área que empieza a los 25 mm del centro y llega hasta los 58 mm. A lado de esta área, bordeándola, hay dos anillos; el internoes el que contiene la tabla de contenidos del disco y el que permite al láser sincronizarse y saber el contenido que existe antes de leerlo; la información del CD viene al lado. El anillo externo el que delimita el fin de los datos
Las pistas son cada una de las líneas paralelas que vemos, al mirar de modo transversal la superficie del disco. Al igual en los de vinilo, la información de un compact disc CD está grabada en forma de salientes muy pequeños, desde el interior hacia el borde externo.
¿De verdad son tan resistentes?
Depende de muchos factores, como la manipulación por parte del usuario y la calidad de los equipos de grabación y reproducción. ¡Hay fabricantes que hablan de 100 años de vida, otros hasta de 500…!. En fin, habría que poder demostrarlo; mientras tanto, lo inteligente es cuidarlos y, cuando ya no son útiles, reciclarlos.
Lo cierto que, tanto el policarbonato como la capa reflectante de aluminio son muy sensibles a la luz y las radiaciones ultravioletas los alteran; por eso aconsejan los fabricantes no exponerlos al sol. En cuanto a su sistema, es muy resistente a los arañazos y las posibles lesiones del láser no alteran casi nada la lectura, a no ser que esté roto.
Con todo, tenemos discos para rato, incluso para coleccionistas de dentro de 100 años…